lunes, 30 de enero de 2012

Sentir tanto, ¿Para qué?

Cerré los ojos, y sentí la maravilla de sus labios en los mios, como jugaban y me hacia sentir como si estuviera en una nube, algo maravilloso que simplemente cuando lo recuerdo me estremezco.
Mi mirada se cruzo con la suya, en ese momento sentí complicidad, sentí como nuestras almas se entrelazaban y se hacían una.
Cuando abrí los ojos, todo era mentira, no era más que un sueño, algo que solamente yo había imaginado.
Lo único cierto de todo era esa persona, que si que existía pero nada más que era eso, una persona con la que tenía una amistad y nada más.
Muchas veces no necesitaría de esa imaginación que por suerte o desgracia tenemos, solo necesitaria vivir la realidad a la que estoy expuesta desde el día que nací.


Annie.





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