De los errores se aprende
"Javi, ¡Hola!, ¿te acuerdas de mi?, soy Esther, Esther, Esther..."
Rápidamente me desperté super inquieto, recordar ese nombre o soñar con ella, me suponía tener una angustia permanente. Mire el móvil, las 6:30, cada día me levanto mas temprano, como echo de menos esos días que me levantaba una hora mas tarde para ir al instituto, pensé mientras me disponía a ver si estaba planchado el uniforme del trabajo. Me puse el uniforme, desayune, y cogí la llaves del coche.
Al arrancar el coche, mire el reloj y marcaba las 7:40, "¡No!" se me vino a la cabeza, tenía que llegar en veinte minutos al trabajo, no me daba tiempo. Salí del aparcamiento como alma que lleva el diablo, tenía que llegar si o si. Mi pie apretaba el acelerador superando la velocidad exigida, al tener la ventanilla bajada el aire me acariciaba y me hacia sentir libre, pero en ese momento de libertad se me vino a la mente todos esos momentos vividos en lo que no era capaz de controlarme e iba en mi coche a la misma velocidad pero acompañado por mis colegas de entonces y haciendo lo que no debía...
10 años atrás...
(Suena la alarma), la apago bruscamente y me acuesto otra vez. A los 10 minutos estaba mi madre levantando la persiana, gritando "Javi, siempre igual, tienes que ir al instituto" y yo "Que si, que si, deja la persianita anda...". Siempre discutía con ella, por una cosa u otra, siempre me iba de casa mosqueado.
Era el primer día de clase y había pasado a 3º de la ESO, la verdad no me apetecía nada levantarme temprano para no hacer nada, lo único que hacia era saltarme las clases con los colegas e irme a fumarme algún que otro cigarrito.
Al poco tiempo decidí quitarme del instituto, quería trabajar y tener mi propio dinero, sacarme el carné del coche y disfrutar de la vida.
Todo empezó cuando mi madre se negó rotundamente.
Continuará...
#Deloserroresseaprende.
Annie.
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